Exilio Chileno
   

 

 

Exilio chileno, cultura y solidaridad internacional

Algunas formas de expresión

... Pintura

Los pintores desarrollaron una peculiar forma de trabajo en el destierro. Además de montar sus exposiciones individuales o colectivas en diversos países, se agruparon para formar las Brigadas de Pintura Mural. Estas, enraizadas en el trabajo desplegado en Chile con anterioridad al golpe militar, incursionaron con rapidez en la vida pictórica extranjera, presentándose ya en el año 1974 en la Bienal de Venecia.

Ese evento marcó un hito y desde entonces las brigadas comenzaron a proliferar para dejar su marca en países como Francia, España, Alemania y Bulgaria. En ellas participaron no sólo sus impulsores como José Balmes, Gracia Barrios, Guillermo Núñez, Sotelo, Irene Domínguez, Cecilia Boisier, entre otros, sino que también pintores más jóvenes.

Junto a lo anterior, y tanto por la repercusión del trabajo realizado por los pintores desterrados como por el deseo de dar continuidad a la interrumpida iniciativa ya citada del Museo de la Solidaridad, estos artistas impulsaron la formación del Museo de la Resistencia Salvador Allende, cuyo Comité para Francia quedó integrado por Louis Aragón, Louis Althusser, Roland Barthes, Julio Cortázar, Antonio Saura, Alain Touraine y otros de igual prestigio. Este museo se inauguró en Nancy, Francia el año 1978 con obras aportadas por artistas de América Latina, Estados Unidos y Europa, para recorrer después en forma itinerante varios países.

Afiche realizado para la muestra del Museo Internacional Salvador Allende en la ciudad de Nanterre, Francia, 1979. Reproduce una obra de Calder

... Música

Quizás el género cultural que más ampliamente llegó al público del exilio fue la música. El golpe militar interrumpió el curso de la canción chilena dispersando a la mayor parte de sus integrantes por un mundo conmocionado por los sucesos de Chile, y afectado por el asesinato de Víctor Jara.

Conjuntos ya consagrados como Inti- Illimani, Quilapayún o Illapu ocuparon grandes escenarios de Europa y América encontrando una permanente solidaridad para con Chile. Igual cosa sucedió con las presentaciones de Patrio Manns, Osvaldo Torres, Osvaldo Rodríguez, Payo Grondona, Los Jaivas, Angel e Isabel Parra, entre otros, y con los grupos o artistas formados en el exilio. "En las ciudades de Latinoamérica, como en Roma o Milán, en Barcelona o Madrid, los músicos chilenos congregaron multitudes fervorosas. Otro tanto ocurre en Londres, en Nueva York, en Estocolmo, en Berlín, en Praga, en Argel, en Tokio; en innumerables ciudades de los países más lejanos". [1]

Aparcoa. Francia Varios intérpretes. Holanda Víctor Jara. URSS Angel Parra. Francia Sergio Ortega. RDA

Combinando elementos del folklore latinoamericano con instrumentos de música culta y en una constante búsqueda de nuevas formas de expresión artística y de llegada al exigente público extranjero, algunos compusieron música para poemas, obras de teatro o cine, acrecentando la riqueza de su creación. Otros, con gran preocupación por la calidad de la ejecución y de los textos, ofrecieron recitales mientras trabajadores de la plástica ejecutaban murales.

No todos los músicos desterrados pertenecían al ámbito de la música popular. Igual suerte corrieron algunos representantes de la música llamada culta, como los compositores Gustavo Becerra, Gabriel Brnci, Fernando García y el cantante Hans Stein, entre otros, quienes se destacaron por su virtuosismo en los sitios que les tocó actuar.

Inti Illimani. Italia Patricio Manns + Inti Illimani Quilapayún. Francia Marta Contreras, Patricio Manns, Quilapayún, Inti Illimani, Isabel y Angel Parra Illapu, Osvaldo Torres, Capri, y Pete Seeger. USA

... Cine

Los acontecimientos de 1973 dieron origen a un hecho inédito en Chile: surgió y se desarrolló una cinematografía nacional fuera de las fronteras del país, realizándose ya durante los primeros diez años de exilio 178 filmes. [2]

De amplia llegada, el cine de esos años se irradió a un gran público, jugando un importante papel en la divulgación del acontecer chileno, no escapando, por cierto, de los ciclos por los que pasó el resto de la creación cultural exiliada.

Desde el punto de vista técnico profesional, la cinematografía del exilio alcanzó un alto nivel de desarrollo debido tanto a los medios tecnológicos que tuvieron a su alcance los cineastas chilenos, como a la calidad de los pares con los que se relacionaron.

Según la apreciación de diversos cineastas, en la temática de esos años se visualizan cuatro líneas de trabajo: la de la denuncia, o "Cine de la resistencia" según Miguel Littin; la del exilio; la de la latinoamericanización, o sea llevar a la pantalla los procesos revolucionarias del continente; y la de la ecranización, es decir, la tendencia a buscar temas en la literatura hispanoamericana y llevarlos a la pantalla.

Como representantes de esas líneas de trabajo se destacan, en denuncia: "Prisioneros Desaparecidos" de Sergio Castilla, realizada en Suecia y Cuba en 1979. En exilio: "Las Tres Coronas del Marinero" de Raúl Ruiz, realizada en Francia en 1982; "La Nostalgia" de Valeria Sarmiento, realizada en Francia en 1979; y "Los Ojos como mi Papá" de Pedro Chaskel, realizada en Cuba en 1979. En latinoamericanización: "Residencia en la Tierra" de Orlando Lübbert, realizada en la República Federal Alemana en 1979; y "El Evangelio de Solentiname" de Marilú Mallet, realizada en Canadá en 1978. En ecranización: "Actas de Marusia" de Miguel Littin, realizada en México en 1976, basada en la obra de igual nombre de Patricio Manns, y "Jaguar" de Sebastián Alarcón, realizada en la Unión Soviética en 1986, basada en la "Ciudad y los Perros" de Mario Vargas Llosa.

Con el propósito de catalogar la producción de esos cineastas, en 1983 la Asociación de Amigos de la Cinemateca Chilena de París publicó la investigación Filmographie des cineastes chiliens en exil 1973-1983. El trabajo contiene las fichas técnicas de 50 largometrajes, 26 mediometrajes y 29 cortometrajes realizados en esos años.

En cuanto a lo que acontecía en Chile por esos años, hay que destacar que con el notorio auge que alcanzó la publicidad hacia 1978 -principalmente de los spots para la televisión- surgieron productoras que a corto plazo contaron con instalaciones capaces de realizar todas o las principales etapas de filmación: procesamiento, montaje y sincronización de sonido de películas para cine y video.

Por su parte, los cineastas que no tuvieron que abandonar el país lograron insertarse en el medio y trabajar con sus pares, perfeccionándose en el manejo técnico.

Así, los retornados del exilio -provistos de variadas experiencias y renovadas técnicas-, encontraron en Chile una infraestructura cinematográfica con gran capacidad instalada y de alta calidad.


... Teatro

El dramaturgo chileno Jorge Díaz, refiriéndose a la censura opina: "Yo creo que los regímenes represivos son, por lo general, menos estúpidos de lo que desearíamos. Si las censuras existen y se preocupan de la literatura, no lo considero una simple puerilidad. Evidentemente, el teatro, por ejemplo, nunca será forma pragmática inmediata y eficaz de lucha política, pero a la larga (y a veces ‘a la corta’) las ideas sí tienen fuerza revulsiva. Lo que resulta inquietante en el teatro para las dictaduras es algo más concreto: la asamblea. La literatura escrita es consumo individual; el teatro es un mitin en potencia". [3]

Por ser entonces el teatro una forma de expresión colectiva sufrió, igual que los conjuntos de música una rigurosa represión. En ese contexto fueron forzados a dejar el país grupos de tanta trayectoria como el Teatro Angel, Los Cuatro y el Aleph, los que se instalaron en Costa Rica, Venezuela y Francia respectivamente. Los Mimos de Noisvander, el Teatro Nuevo Popular que se asentó en la República Democrátical Alemana, entre otros.

Ya en el destierro se formaron grupos teatrales como el Teatro de la Resistencia de Chile, en Francia; el Teatro Lautaro, en la República Democrática Alemana; el Teatro de Artistas Independientes, en Costa Rica; el Teatro Pedro de la Barra, en México; la Compañía El Volcán, en Canadá; el Teatro Ekin-Quebeque, en Canadá; la Compañía Chilena de Teatro, en España; la Compañía Iberoamericana de Teatro, en España; el Teatro Latinoamericano de Colonia, en la República Federal Alemana; el Teatro Chileno de Estocolmo, en Suecia; el Teatro Latinoamericana Sandino, en Suecia; el Teatro Popular Chileno, en Inglaterra; el Teatro Chileno de Mimos, en Inglaterra; el Teatro Chileno de Cambridge, en Inglaterra, entre otros. Todos ellos entregaron sus obras por períodos prolongados o sólo en pocas ocasiones.

Al comienzo algunos grupos urgidos por la necesidad de llegar a públicos de habla extranjera, recurrieron a la mímica, a la diapositiva, al relator, quien -incorporado a la obra- introducía la acción en el idioma del país. Años más tarde las obras se representaron en forma bilingüe y/o en el idioma extranjero.

Como lo destaca Grinor Rojo en su obra Muerte y Resurrección del Teatro Chileno 1973-1983, es notable el caso de Carlos Medina, Teresa Polle y Alejandro Quintana, quienes fueron incorporados al personal de una de los teatros más famosos del mundo, el brechtiano Berliner Ensemble. Medina, ex componente del Teatro de la CUT en Chile, es uno de los ocho directores de planta y con montajes a su haber de La excepción y la regla, Madre Coraje, Galileo Galilei y Los días de La Comuna.

Afiches: De José Balmes para el Teatro de la Resistencia, Francia. Teatro Aleph, Francia. Teatro Lautaro, RDA

... Fotografía

Los fotógrafos exiliados, como el resto de los trabajadores de la cultura, mantuvieron un estrecho contacto con sus pares que permanecieron en Chile. Realizaron exposiciones conjuntas o individuales en algunos de los países de acogida y exhibieron sus trabajos en diversos actos convocados por organizaciones de solidaridad y defensa de los derechos humanos. En este quehacer, mostraron nuevas vivencias y aprendizajes, o bien volcaron una mirada nostálgica o combativa a través de su lente. Parte de este trabajo ha sido reproducido en libros y revistas.

Luis Bocaz, al presentar la exposición fotográfica realizada en octubre de 1987 en el Centro Cultural Comunal de la ciudad de Srevran, Francia, en conjunto con la Asociación Francochilena André Jarlan, entre otros expresó: "...los cuatro artistas se aventuran en una encuesta fecunda sobre la identidad de un país que, por razones no deliberadas, han debido mirar a la distancia durante años. Se comprende que den la espalda a un color local que el costumbrismo prolongó en nuestra narrativa más allá de su ciclo normal...Apoyándose en su perspectiva artística cada una de sus obras acumula una carga emocional que atrae al espectador...". Los fotógrafos a los que se refiere Bocaz son René Dávila, Fernando Orellana, Rodrigo Rojas y Jorge Triviño.

Catálogo : AFI - Primer Encuentro de la Fotografía chilena,
Nanterre, Francia, 1983

... Literatura

Como en las otras áreas de la cultura, este quehacer también sufrió un quiebre en 1973 con el éxodo de un importante número de escritores. Cuatro de las llamadas "generaciones literarias" se entrelazaron en los múltiples países de acogida produciendo una obra distinta a la escrita en esos años en Chile, debido, en parte importante, a la carencia de censura para sus publicaciones.

En ese mosaico multigeneracional del exilio estuvo presente la generación del 42, con Carlos Droguett, Fernando Alegría, Volodia Teitelboim, Guillermo Atías, y otros; la generación del 50 con algunos como Hernán Valdés, Alfonso Alcalde, José Donoso y Jorge Edwards; la generación de los nuevos narradores, la más numerosa del destierro, con Antonio Skármeta, Poli Délano, Ariel Dorfman, Omar Lara, Mauricio Wacquez, Leandro Urbina y otros más; y por último, la generación que emergió en el exilio, representada, entre otros, por Isabel Allende, Soledad Bianchi, Mauricio Redolés y Gonzalo Santelices.

De ellos, algunos tenían obras editadas y a veces consagradas, y otros no habían escrito ni publicado en Chile. A los primeros y de acuerdo a los lazos previos y al país en el que permanecieron, les fue más fácil acceder a las empresas editoras; los otros, en cambio, debieron autoeditarse y/o agruparse para formar sus propias editoriales. En ambos casos las obras se publicaron ya fuera en español, traducidas al idioma del país de edición, o escritas en lengua extranjera o en versión bilingüe.

Como una forma concreta de apoyo, diversas asociaciones culturales extranjeras, particulares o gubernamentales, les cedieron temporalmente salas y recintos adecuados para realizar actividades. Estos, casi desde su llegada, tendieron a asociarse movidos ya sea por su comunidad de intereses, el deseo de intercambiar y sumar experiencias, o por el afán de aunar esfuerzos para acceder más expeditamente al público a través de actos culturales y/o publicaciones.

Todos ellos sentían también la urgencia de comunicarse con sus pares de Chile para evitar la fragmentación y cohesionar la cultura del país, a la vez que conocer y dar a conocer la creación del momento. Con esta finalidad organizaron seminarios, conferencias, encuentros y mesas redondas; entre ellos, el Primer Coloquio Internacional de Literatura, efectuado en Francia entre el 17 y el 19 de junio de 1983; y el Primer Encuentro de Poesía Chilena, realizado en Holanda entre el 1 y el 3 de abril de 1983.

Con algunas variaciones, el sendero que recorrió la creación literaria en el exilio pasó por las fases ya anotadas. Así, aparece el testimonio como relato escrito, en algunos casos sin pretensión artística; luego el cuento, la poesía y la novela.

"Tejas Verdes. Diario de un Campo de Concentración en Chile", es uno de los primeros escritos testimoniales. Obra de Hernán Valdés basada en su experiencia como detenido político, fue publicada por la Editorial Ariel, en Barcelona el año 1974.

En novela surgen obras en las que se recrea el pasado a modo de explicar el golpe militar. Juan Armando Epple anota al respecto: "En la novela chilena de la última década (1972-1984) se advierte un proceso de expansión retrospectiva del mundo narrado que va de la inmediatez de la experiencia del golpe militar...a la configuración de un pasado que gravita ominosamente en las formas actuales de la vida nacional..Se trata de novelas que re-recrean distintos momentos de una temporalidad histórica configurada como una realidad ficticia autosuficiente, evocadas desde una perspectiva narrativa que busca definir las claves de un comportamiento social ideológico y cultural que puedan explicar el violento cambio que se operó en Chile con el golpe militar..." [4]. Entre ellas: "Museo de Cera" de Jorge Edwards, "La Casa de los Espíritus" de Isabel Allende", "Casa de Campo"de José Donoso, "Nina Asturriaga" de Vicente Urbistondo.

"Viudas", de Ariel Dorfman, fue publicada en 1981 y traducida a nueve idiomas Es una novela acerca de la represión, en la que las mujeres son las protagonistas enlutadas por la violencia política.

En cuanto a las novelas escritas acerca del exilio, si bien no numerosas, vale destacar, entre otras: "Nopasonada" de Antonio Skármeta, publicada en 1976; "El Jardín de al Lado" de José Donoso, publicada en 1978; "Las Veladas del Exilio" de Luis Enrique Délano, publicada en 1984; y "Rumbo a Itaca"de Virginia Vidal, publicada en 1987.

Cabe también mencionar por su singularidad las publicaciones de un libro para ciegos escrito en Braille por Roberto Matta, y otros didácticos para niños y adolescentes, como "Canciones y Juegos Infantiles Chilenos" de Sara de las Heras, publicado en 1979, y "La Tierra de Paloma" de Miguel Rojas Mix, publicado en 1981. La intencionalidad de estos últimos fue despertar interés en los jóvenes por América Latina y Chile y afianzar de este modo sus raíces culturales.

Catálogo : exposición pintores y poetas - Rencontres et expressions du Chili. Bobigny, Francia, 1980

La poesía fue notablemente prolífica y, en los inicios del destierro, recurrente en las temáticas referidas al exilio y la represión. Sin embargo no por ello sus cultores dejaron de lado la subjetividad propia de su inspiración, como ocurre en la obra de Gonzalo Santelices y Gustavo Mujica, entre otros. Las palabras de Bruno Montané son demostrativas del curso que tomó esta creación al expresar: "Naturalmente que los poetas que estamos fuera de nuestra patria hablamos de esta realidad (la realidad existente en Chile en todos sus niveles), pero también de otros estados humanos como son el exilio, la soledad, el amor, la muerte". [5]

La creación volcada a través del cuento fue más abundante que la de la novela. Autores tales como Héctor Pinochet y Poli Délano son, entre otros, destacados representantes de este género.

Bibliografía. Acerca del exilio chileno y la cultura. 1973-1989


Notas :
[1] Bocaz, Luis. 1978. "La música", en Revista Araucaria de Chile N°2, Madrid, España, p. 93.
[2] Mouesca, Jacqueline. 1980. Plano secuencia de la memoria de Chile. Veinticinco años de cine chileno (1960-1985). Ediciones del Litoral, Madrid, España, 204 p.
[3] Guerrero, Eduardo. 1985. "El desarraigo voluntario", en Revista Araucaria de Chile N°30, Madrid, España, p. 136.
[4] Epple, Juan Armando. 1986. "Notas a Nina Asturriaga, de Vicente Urbistondo", en Revista Araucaria de Chile N° 33, Madrid, España, p.216.
[5] Entrevista al autor, en El Día, México D.F., 1 abril de 1975.


 

 

 

 

 

 

 

 

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